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LA FIEBRE EN LOS NIÑOS Y CÓMO TRATARLA

Cuando hablamos de niños y fiebre, las alertas se disparan inevitablemente en los papás. De ahí, que en muchas ocasiones a los 3 minutos de detectar unas décimas en los pequeños, sobre todo si son bebés, ya estamos pidiendo cita con el pediatra e incluso acudiendo a urgencias.

En este post vamos a tratar de dar información práctica para ayudar a los padres a tomar una decisión siempre aplicando el sentido común.

Sabemos que la fiebre no es una enfermedad sino un mecanismo de defensa del organismo contra las infecciones, tanto las causadas por virus como por bacterias. Se considera temperatura media normal a 37,5 °C en la axila, febrícula hasta 38 °C y fiebre por encima de 38 °C axilar.

· Menores de 6 meses

· Temperatura superior a 38,5 °C

· Mal estado general y además presenta alguno de los siguientes signos/síntomas:

– Gastrointestinales: diarrea, vómitos, dolor abdominal, pérdida de apetito.

– Otorrinolaringológicos: dolor oídos, dolor de garganta, secreción nasal y tos (frecuente en resfriados).

– Irritabilidad, llanto, cefaleas u otros dolores.

– Erupciónes cutáneas.

– Dificultad al respirar, letargia/somnolencia, rigidez en el cuello = acudir urgentemente al hospital.

· Ausencia de mejoría en 24-48 horas o deterioro de la situación clínica.

Tratamiento no farmacológico

· Dejar al niño con poca ropa y mantener la habitación a unos 20 °C. Para evitar que tenga escalofríos, se puede usar una manta ligera.

· Mantener una adecuada hidratación para compensar las pérdidas hídricas.

· Se pueden aplicar paños o esponjas con agua tibia (32 °C), nunca fría ni friegas de alcohol por ser contraproducentes. Siempre se realizará tras el tratamiento con fármacos antipiréticos.

· Se puede bañar al niño durante 10-20 minutos a temperatura templada, varios grados por debajo de la temperatura corporal (32 °C), así se consigue reducir rápidamente la temperatura, pero de forma transitoria. Nunca con agua fría. Siempre se realizará tras el tratamiento con fármacos antipiréticos.

· Si aparecen convulsiones febriles se debe evitar que el niño sufra heridas accidentales y prevenir el ahogo, debe colocarse el niño en una superficie segura y de lado o sobre su estómago. No poner ningún objeto en la boca. Controlar el tiempo que dura la convulsión y si se prolonga más de 10 minutos llamar a una ambulancia o acudir al médico una vez finalizada la convulsión.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

· Hay que tratar a los niños febriles sólo cuando la fiebre se acompaña de malestar general o dolor. El ibuprofeno y el paracetamol tienen la misma eficacia para tratar el dolor y su dosificación debe realizarse en función del peso del niño y no de la edad. La combinación o alternancia de ibuprofeno y paracetamol no es aconsejable. El ácido acetilsalicílico está desaconsejado por el riesgo de causar síndrome de Reye (se ha relacionado con procesos víricos).

Paracetamol

– Dosis de paracetamol: 10 mg/Kg peso cada 4 h o 15 mg/Kg peso cada 6 h.

– Máximo de 5 tomas al día. La dosis máxima pediátrica es de 90 mg/Kg/día, sin superar nunca los 4 g/día.

Ibuprofeno

– Dosis de ibuprofeno: 5 mg/kg peso en fiebre inferior a 39,1°C cada 6-8 h 10 mg/kg peso en fiebre superior a 39,1°C cada 6-8 horas.

– Dosis máxima pediátrica 40 mg/kg/día (niños hasta 25 kg de peso un máximo 800 mg/día, niños de más de 40 kg no exceder de 1.600 mg/día).

El ibuprofeno tiene propiedades antiinflamatorias y se considera una alternativa al paracetamol en niños que no responden o presentan reacciones de hipersensibilidad al paracetamol.

No debe administrarse a pacientes con historia previa de úlcera péptica, hipersensibilidad a la aspirina y asma. Se aconseja administrar junto con algún alimento para reducir la posible intolerancia gástrica.

Fuente: Parte de la información extraída de la Guía Atención Farmacéutica en el niño sano del Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada.

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